Japón está alerta por la posible contaminación radiactiva en alimentos y agua. Tras el terremoto del 11 de marzo y los problemas en la planta nuclear de Fukushima 1, el gobierno oriental reconoció que se han encontrado partículas de yodo radiactivo en el agua que llega a los hogares de Tokio y también admitió que se detectaron altos niveles de radiactividad en leche y productos agrícolas.
De todas formas, el ministro japonés de Ciencias ha dicho que las dosis radiactivas son inferiores a los límites que marca la ley. Como medida preventiva, se decidió paralizar la venta de todos los alimentos que provengan de la prefectura en la que se encuentra la central nuclear.
En Tokio, millones de personas continúan trabajando desde casa por miedo a la radiación y a que se produzca una explosión en Fukushima, que se encuentra 240 kilómetros al norte. El Gobierno asegura que el nivel de radiactividad en la capital no supone ningún riesgo para la salud.
De todas formas, el ministro japonés de Ciencias ha dicho que las dosis radiactivas son inferiores a los límites que marca la ley. Como medida preventiva, se decidió paralizar la venta de todos los alimentos que provengan de la prefectura en la que se encuentra la central nuclear.
En Tokio, millones de personas continúan trabajando desde casa por miedo a la radiación y a que se produzca una explosión en Fukushima, que se encuentra 240 kilómetros al norte. El Gobierno asegura que el nivel de radiactividad en la capital no supone ningún riesgo para la salud.
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